Quiero contarle una historia, que ni es verdad ni mentiras,
nací un día del corazón fresco de una sandía,
es como hacer alegre calado en la memoria,
recordar mi madre sandía hundida mente.
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Con una buena sandía y las manos de un chef artista
a mi madre me encuentro, filial en el regazo
sentado en el profundo y maduro corazón
del mediodía dormido.
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Bajo el cielo de hojas verdes que cobijan
el rancho de ella, la sandía húmeda se madura;
ahora siento trastear sobre mi pequeño cuerpo
las manos sabias de aquel artista, !mi padre!.
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Allá donde este la memoria me cala,
y aunque tengo vida un sólo día;
le pregunto a mi madre, ¿Como me llamare ahora?
que soy niño, -corazón de sandía?.
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Y entonces desconozco toda la fresca sala
y a los turistas atónitos que desde su admiración me miran:
y escucho que el ramaje rumorea a deshora,
¿y qué pasará con este ahora, !se lo comerán!.
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Yo le hago un calado a mi entero verano
y me pongo el sandial por montera,
y me dispongo a que hagan conmigo
lo que los comensales quieran.....!
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