En mi ostracismo acerbo, me alegré la otra mañana
en -Alto del Chavon- antiguo;
el encuentro súbito de una hermosa paisana,
que tiene un redondo nombre de la era pasada,
que se llama: -Magalis de La Alta Gracia-.
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No se si sería un bello ensueño
pues nos encontrábamos los dos
vestidos de la antigua usanza;
ya no recuerdo si era hija de un colmadero
o, la hija del viejo medico del pueblo...
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En mi tortuoso ensueño, recuerdo
que antaño íbamos cogidos de la mano,
desde la casa a la escuela del pueblo;
y las tardes de los domingos, en infantil asueto,
caminamos alegres por los alrededores del pueblo.
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Allí, en la plaza, de aquel viejo y romántico pueblo,
con su rico y armonioso lenguaje;
me hizo recordar aquellos dorados años,
que el hombre jamás debería olvidar.
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!!Pobre amiga, pobre niña de entonces,
hoy mujer provinciana.. aún casadera!!
!pobre flor, ya casi marchita!
sin haber conocido ni una primavera;
yo sólo pido, en nombre de mi tristeza estática,
que haga de mi un recuerdo jovial de ella...!
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