Dos quisqueyanos platicaban en un colmado,
y le decía el uno al otro: compadre tú tatarabuelo
cabalgó por Texas, Nuevo México, y las Antillas
y también se pasó por esta isla;
Violó quisqueyanas trigueñas, y robó caballos en Texas..
les robó el oro a los indios tainos
y maltrató y ahorcó a esclavos angoleños.
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Hasta que se casó con "Mame erome"
y fundó un hogar, de muebles de caoba y ebano negro,
tu tatarabuelo desembarco en el canal de la "Mona"
cerca de la isla Saona y cuando vio las mulatas;
-dijo con admiración, !que chica tan mona!-.
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Vio hundirse la escuadra española -la invencible-
se asentó en Quisqueya, y monto trapiches,
para sacar melaza de caña y elaborar con ella
el apreciado azúcar y el exquisito ron.
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Y llevó al hogar el vaho del ron y una oscura
nostalgia de mulatas, entre sus sucias manos;
manchadas con sangre de esclavos africanos,
que mientras más las maltrataba, más gozaba....
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-Tu padre, hombre de paz-
sólo pagó miserables sueldos a gente de Puerto Rico,
fiel a los de su ralea..
Hoy sirve de abono a la palma cocotera:
y a ti sólo te queda ya dinero para una cerveza
y un poco arroz frío de ayer en la nevera..."
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