Los pájaros se quedan inmóvil en el nido,
el ratón que esta mordisqueando el café te contempla
extasiado, la araña no se atreve a descender
ni un milímetro más sobre la tierra;
el café entre verde y maduro, es la tarea
del afanoso recolector en la mañana.
***//***
Oh sí, querida mía, son las siete de la mañana,
levántate mujer que tu marido te aguarda;
recógete el cabello y prepara la canasta,
que la faena en el cafetal aguarda.
***//***
Comienza un nuevo día, sonríe al niño que se irá
para el colegio, mientras vosotros hacen la jornada;
recogiendo esos granos que se vienen casi solos a las manos
oh, si lo haces como puedes y eres idéntica a la felicidad.
***//***
Esa felicidad que en medio del cafetal jamás embejece,
te quedaras ahí quieta en mitad de ese paraíso;
al lado de tu compañero que se te parece,
y que bien os compenetrarais cogiendo el café.
***//***
Son las siete de la mañana, es la hora perfecta
para comenzar la jornada;
el café será eterno y el sol será eterno,
si lo siguen recolectando con amor.
***//***
Si no despiertas de ese bello sueño, si no volteas la página,
si no te vas por los cerros de Uveda,
si sigues con tus manos acariciando los granos del café;
-la felicidad será eterna-.
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