Soy un exiliado que un día volveré a mi tierra,
volveré, y pondré mi frente entre sus manos;
y le diré a mis hermanos, aquí estoy otra vez,
en lo profundo que aquí dejé.
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El calor del surco
entrará de nuevo en mis ojos hasta mi alma;
visitaré a aquella zagala,
no rehusaré su calle, ni su puerta ni siquiera a su madre...!
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No le rogaré que me recuerde ni que me ame,
pues tal vez su corazón me estuvo esperando siempre,
por años de luz y nieblas..
que tal vez no recuerda cuantos otoños y primaveras.
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Yo no soy su hijo prodigo,
ni tengo de que ni de quien arrepentirme;
partí un día buscando otros horizontes,
otros amores que al fin encontré.
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Estoy aquí, este es mi pueblo y yo soy su estambre,
su hijo, ya casi olvidado que regresa,
su pájaro o pequeña hoja voladora,
el espíritus perdido de sus "coloraos".
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Pondré en sus empinadas callejuelas
mis caricias y le sembraré un libro de poemas;
y le prometeré seguir escribiéndole a mi pueblo,
que tanto quiero y venero en la distancia...!
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Reservado el derecho de autor.
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