Un abuelo pensativo en su sillón preferido
echando más cuentas que un maricón en un cruce..
sobre una herencia, que hasta poca solución tiene,
pues aunque tiene muchas nietas
y sobrinas-nietas, -pero que dedo se corta que no le duela-
y todas se queden satisfechas...
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La abuela lo observa desde la cocina,
con sus olores a guisote gastoreño;
pero ella no sabe, no opina, no contesta..
a lo que este abuelo atribulado le plantea.
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Al pobre viejo son tantas las preguntas
que le rondan por su ya blonda y cansada cabeza;
la partida, el regreso, los amigos ya muertos
y el océano que en los últimos años
tantas veces ha cruzado....
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Los libros que publicó y no vendió..
un niño que creció sin permiso de los sueños,
y sus sueños que él tiene sin desarrollar,
de cuando él aún era niño.
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El café, el primer cigarrillo con los amigos,
los amigos que dejaron su huella en su mente,
un acogedor patio con una hamaca, donde descansar
los últimos momentos, con la virtud del olvido....
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Quizás la orquídea que tiene en el hombro,
algo le este transmitiendo en secreto,
que su alondra observa todo su pensamiento....!
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