Se preguntaban unos pastores afligidos
a la puerta de sus humildes cabañas;
¿desde cuando la lluvia no nos da una alegría?
¿desde que época que hoy ya no recuerdo...?
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Desde la puerta de sus chozas entre pardas y blancas
donde los hombres mal que podían descansaban;
y la mujeres tendían para que se blanquearan,
sus sábanas y sus pañuelos.
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Esta mañana de improvisto y sin avisar
mientras desayunaban torreznos con huevos,
comenzó a llover mucho más allá de los cristales
hasta la choza de "seis dedos".
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Todos sintieron una sonrisa diluirse
tan inesperada por escasa..
que le fue difícil creerlo y aceptarla;
-y es que en estas tierras del sur-
es tan pobre y reseca.
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Tú y yo en la noche en la puerta de nuestra choza
o cabaña, yo te dije: sutil y nebuloso;
-comadre: qué es lo que anida en mis labios-
cautivándolos en esta noche en esta noche de serena lluvia....!
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Sera por ventura el feliz culpable
de que hoy recupere la belleza de la lluvia;
y que por una vez el cielo sea generoso
y esta tierra reseca se empape...?
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