Yo sé que no podrás ayudarme como ayer,
cuando tu hijo como cualquier retoño travieso
en cualquier laberinto se metía;
-sobretodo de faldas-
y tú como una loba te arremangabas,
y por muy enfangado que estuviera
siempre con tu empeño, lo sacabas.
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No podrás evitarme la ingrata piedra
con la que tantas veces tropiece;
ni la risa de los mal intencionados
que aseguran ser buenos amigos..
yo sé que ni aún podrás evitarme
la nostalgia que es mi estigma,
y, ya se sabe, reacciona por impulsos, quizás magnéticos.
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Ahora ya estas en otra constelaciones,
yo te traigo de la mano y te muestro
nuestras playas azules, de aquel mar
que no conocimos juntos, por las costumbres
de ser tú siempre marinera de agua dulce
o, tierra adentro y yo un intrépido marinero
sin puerto o, un culo de mal asiento....
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Yo sé que tú ya no vendrás jamás
a poner tu inequívoca certeza ahí,
donde yo pongo el corazón, en esas aguas
en constante movimiento, que nada ni nadie se queda quieto
para que caliente en exceso el asiento....!
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