Yo no sabía cuánto te quería, "tierra roja mía"
hasta que me separé de ti un día,
con los ojos inertes, la mano aleteante,
me puse una tarde en el Puerto de la Cruz
a recoger un puñado de tu tierra, para que me
acompañara siempre y así jamás olvidarte.
Lloré, todo ciego bajo tu roja sonrisa..
aunque en Quisqueya encontré el amor de mi vida,
aun siento a veces un tumulto sediento de postrarse,
como un huracán henchido aquí en mi pecho;
porque no quiero olvidarte he ignorarte,
tierra, "roja, mía".
-Ignorarte, jamás- arropas con tu manto a mis padres..
y a mi también me taparas un día, con aquel puñado
que me traje, esta melancólica burbuja que soy yo...
Bien sé ahora, con la experiencia de mis largos días,
vividos aquí, que tú eres quien me da la fuerza
y el deseo de seguir viviendo, para un día
no muy lejano, poderte ver y disfrutar de nuevo....!
Bebo tus vinos, deleito tu aceite de olivo
y el sol me trae cada mañana tu color "rojo"
el amor no tiene esta o aquella forma, -pero es poderoso-
pues fisicamente me apartó de ti, aunque nunca
el pensamiento, pues siempre te estoy escribiendo,
que es la forma que tengo de decirte cuanto te quiero....!
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